El insomnio afecta a un porcentaje cada vez mayor de personas. De hecho, en muchos países, una de cada cinco personas no puede conciliar el sueño por la noche. Además, el porcentaje de jóvenes que se quejan de problemas de sueño va en aumento. ¿Existen causas importantes del insomnio?
En promedio, dormimos 1/3 de nuestras vidas. El sueño es muy importante para el cuerpo humano. Al ingresar a las etapas posteriores del sueño, nuestro cerebro organiza y procesa la información absorbida durante el día. Hay cinco fases del sueño: vigilia, quedarse dormido, sueño ligero, sueño profundo y sueño REM.
Estas fases sucesivas que ocurren sucesivamente están formadas por las llamadas ciclo de sueño, que, dependiendo de tu predisposición, dura de 90 a 100 minutos. Una de las fases más importantes es la fase REM (Rapid Eye Movement), durante la cual los ojos se mueven rápidamente.
Durante el sueño REM, se forman los sueños, seguidos de un breve despertar. El número de estos ciclos y su duración depende de varios factores, entre ellos de la genética o de la condición mental y física. Las personas adultas suben hasta seis ciclos por noche en promedio.
Durante esta parte vital de nuestro sueño, el tono muscular casi se recupera, pero la presión arterial aumenta. Los latidos del corazón y la respiración se vuelven irregulares. El suministro de sangre al cerebro aumenta, relajando así el sistema nervioso central. Es sumamente importante para nuestra salud. Además , las células de nuestro cuerpo se regeneran durante el sueño profundo. Se incrementa la producción de la hormona del crecimiento, las células inmunitarias y la síntesis de proteínas. Muchos procesos de reparación están teniendo lugar.
El insomnio es una condición médica que no solo significa que no podrá conciliar el sueño. Los trastornos del sueño también incluyen despertarse con frecuencia por la noche y demasiado temprano por la mañana y el problema de volverse a dormir. Estos tres problemas tienen el doble de probabilidades de afectar a las mujeres que a los hombres. Si no fuera por el descanso nocturno después de 48 horas sin dormir, uno podría experimentar alucinaciones.
1. Navega por tu teléfono antes de acostarte
Los teléfonos móviles nos acompañan durante cada momento de nuestra vida. Nos despertamos por la mañana mirando la pantalla y comprobando la hora. Enviamos mensajes de texto, contactemos con el mundo y obtengamos información a través de teléfonos móviles. Desafortunadamente, mirar la pantalla del teléfono antes de ir a dormir puede causar problemas para dormir. La luz blanca emitida por la pantalla irrita el nervio óptico, que le indica al cerebro que el día todavía está encendido.
El cerebro engañado no produce la hormona responsable de conciliar el sueño y dormir. La metionina se produce después del anochecer cuando entra menos luz en nuestros ojos. Existen programas o configuraciones especiales en los dispositivos móviles que modifican los colores y el brillo de la pantalla en consecuencia.
2. Estrés – vida «a la carrera»
El ejercicio, la irritabilidad y el ritmo acelerado de vida hacen que descuidemos nuestro sistema nervioso. Dejar la noche para terminar un proyecto, sentarse frente a una computadora portátil innecesariamente tarde o tener una vida nocturna rica son factores en el desarrollo de trastornos del sueño.
El sistema nervioso sobrecargado comienza a funcionar mal y al mismo tiempo quiere regenerarse. El hombre comienza a sentirse irritable. Meditar sobre las dificultades de la vida cotidiana, justo antes de acostarse, no es propicio para conciliar el sueño. Lo mejor es encontrar tiempo solo para ti. Relájate tomando un buen baño. Intenta solucionar tus problemas con la ayuda de un especialista.
3. Dieta inadecuada
Descuidar la calidad de los alimentos y comer con prisas puede provocar una deficiencia de algunas vitaminas y minerales. El calcio, el magnesio y la vitamina B6 son ingredientes esenciales para el buen funcionamiento del sistema nervioso. Además de tomarlos adicionalmente en forma de suplementos, se debe cuidar una mejor alimentación. El exceso de cafeína en la dieta, especialmente en las horas de la tarde y la noche, empeora la calidad del sueño. Las comidas difíciles de digerir e hinchadas sobrecargan el sistema digestivo, que tiene que trabajar por la noche en lugar de descansar. El insomnio también puede resultar de nuestro amor por las bebidas energéticas.
4. Mal microclima en el dormitorio
Cargadores, computadoras portátiles, TV, refrigerador: nos rodeamos de una red eléctrica que emite radiación electromagnética. Hasta cierto punto, puede afectar negativamente al funcionamiento de nuestro organismo. Por ello, el dormitorio debe estar libre de electrodomésticos innecesarios.
Además, vale la pena cuidar el microclima del lugar donde planeas dormir. La temperatura óptima debe estar entre 16 y 20 grados centígrados. Lo mejor es ventilar los dormitorios antes de acostarse.
5. Ignorar los síntomas de la enfermedad
Muchas veces, el insomnio es un síntoma ignorado de alguna enfermedad. Despertarse por la noche puede incluso causar una vejiga débil que se hace sentir. También puede ser un anuncio o síntoma de una enfermedad crónica, por ejemplo, presión arterial alta, depresión, artritis, problemas oculares o cardíacos. La obesidad y los problemas asociados con ella tampoco son propicios para un buen sueño.